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El occitano, hilo conductor entre Francia, Italia y España

El occitano es una lengua hablada desde España a Italia, pasando por la Francia meridional. Es el idioma de los trovadores, hablado y escrito por los compositores de poesía lírica que utilizaban la lengua occitana y no el latín, del cual se servían los eclesiásticos ya a finales del siglo X. En Italia, la lengua occitana sobrevive en las provincias de Imperia, Cuneo y Torino. Existe otro lugar en la Calabria, en la Guardia Piemontese, habitada en el siglo XIV. 

Clasificado por Dante Alighieri en 1303, en “De Vulgari Eloquentia”, el occitano sigue siendo hablado hoy por unos 3 millones de personas. El "poeta supremo" sentía admiración por los poetas occitanos y los elevaba a maestros del verso vernáculo. De nuevo en "De Vulgari Eloquentia" canta las alabanzas de los trovadores y en la Divina Comedia reitera su estrecho vínculo literario con esta tradición y se encuentra con un poeta provenzal, otro término utilizado para indicar la lengua del Languedoc, en cada uno de los tres cánticos: Bertram de Born en el Infierno, Folchetto da Mariglia en el Paradiso, Arnaut Daniel en el Purgatorio. Este último fue el más famoso de los trovadores y Dante lo incluyó entre los lujuriosos, reprochándole haber cantado el amor terrenal y no el del cielo.

En Francia, el gobierno centralista de París se opuso fuertemente al occitano, ya que consideraba que la lengua del Languedoc era una amenaza para la unidad nacional. Sin embargo, a pesar de los intentos de "silenciar" un idioma milenario, todavía hay millones de personas que siguen expresándose con él. Hay un hilo conductor que puede unir a un francés, un italiano y un español y es precisamente el occitano. Hay pequeñas diferencias, pero la base lingüística es la misma.

A pesar de que en los últimos siglos el número de hablantes ha disminuido y el occitano ha sido considerado con frecuencia como la lengua de las clases bajas o de las generaciones mayores, a lo largo de su historia ha conseguido hacerse un hueco de prestigio en el panorama continental. Gracias a los trovadores que contribuyeron a su difusión en la Edad Media, se convirtió en una lengua administrativa y jurídica, compitiendo con el latín.

Fuente: La Repubblica